La televisión no siempre es una mierda. (Me gusta C7.)

No tengo mucho tiempo y estoy algo cansada, pero aun así siento una urgencia de decir que me da mucho gusto prender la televisión, no tener sistema de paga, y aun así,poder ver cosas interesantes que ni con el sistema satelital mas chingón del mundo podría ver. ¿Porqué? Porque me encuentro con un canal real, hecho por gente real, de una ciudad real con necesidades reales y que, al parecer, tiene un público real respondiendo e identificándose con un canal de televisión.

Hago una invitación a los que NOS QUEJAMOS de la poca difusión sobre las actividades culturales a que un día de estos en que no tengamos mucho que hacer, prendamos la televisión, y en vez de ponerle en los canales cotidianos, le pongamos en el canal C7, y conozcamos la oferta, como programas que abren puertas a los mismos ciudadanos, que permitan conocernos a nosotros mismos, a nuestra ciudad (que rápidamente está creciendo y cada vez hay mas opciones en todo sentido).

Qué extraña pero bonita sensación tengo cuando veo, en los programas producidos por C7, a la gente que me encuentro en la calle, a la ciudad y el trafical que veo y vivo todos los días y del cual siempre me quejo; me da gusto encontrar un canal renovado y vivo, vigente, que me habla de lo que está pasando hoy, y más importante que decir lo que pasa en el mundo es, lo que pasa en mi ciudad, en ese entorno donde resido y en esa donde somos capaces de generar un cambio y una conciencia a través de mis actos diarios.

Me da gusto encontrar un canal con esos mismos intereses, un punto de encuentro para que el televidente ciudadano de Jalisco se reconozca a sí mismo, con una television hecha en casa; alejándose de la enajenación y procurando una identidad cultural elocuente con la realidad.

No quiero con esto, idealizar al canal, mucho menos a Guadalajara, o Jalisco que es un estado, como cualquier otro, plagado de necesidades no atendidas y urgencias tapadas con parches temporales, pero si no nos vemos a nosotros mismos, y nos empecinamos en ver lo que hay afuera, pensando que lejos de aquí todo es mejor, viviremos engañados, en una extraña burbuja chaquetera, y una relacion amor-odio con la ciudad que a la mayoría de nosotros nos ha visto crecer.

Concluyo celebrando, porque he encontrado una fuente masiva con la cual, por fin, coincido en mis intereses, y sé que no soy la única, que busca un reconocimiento del ciudadano hacia su entorno.

La televisión no siempre es una mierda, ni una pérdida de tiempo.